No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

sábado, 8 de enero de 2011

LLueve.

Hoy está lloviendo.
Dicen que cuando llueve es porque los ángeles lloran, yo creo que no.
Yo creo que llueve porque sí, porque alguien está triste, y a su vez, la persona que no lo ve desde hace tiempo también lo está. Porque hace falta que llueva para ese tipo de gente que se queda los domingos en casa viendo una peli en el sofá con la manta. Para los que sienten las cosas y para los que creen que la vida es algo más que beber, fumar y follar. LLueve, porque sin lluvia, la música no seria música, y la pintura, solo seria eso: pintura. Necesitamos que llueva para poder saltar en los charcos y sentirnos niños, y para que los enamorados puedan bailar bajo la lluvia. Y llueve para los soñadores que imaginan tener a su lado a su amada y son felices, para los que les encanta correr bajo la lluvia, pararse y sentir que ya puedes morir tranquilo porque solo por sentirte libre durante unos minutos, eres feliz.

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