Saco los dedos después de rozar mis entrañas, vomito para bajar de tripa o talla.
No es bonito ver mi bilis, pero lo que me sobra de grasa es lo que me falta para la operación bikini.
Quiero entrar en el vaquero, llegar a pesar menos y salir de este agujero.
Si engordo muero, por eso ni como, solo bebo, y miento a mis padres si les digo que cenaré luego.
Temo a la báscula, me peso de espaldas, y ya no puedo más, estoy harta.
Primero un pie, luego otro y hasta que no pasan dos minutos no miro la cifra que marca y, no! basta! mi cuerpo no adelgaza y tras espejos veo una foca, semejanza mía. Calla! No te rías!
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