Beis

domingo, 18 de septiembre de 2011

Son pocas las veces que abro mi corazón, y menos aun las que enseño mi puño.
Pero en esta vida llena de injusticias y contratiempos debemos aprender a intentar algo muy importante: a luchar y a amar, puño y corazón.

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¿Y sabes por qué?

Porque ya no tengo miedo. Porque he mandado a la mierda al miedo. Porque he tenido un miedo atroz, como tu has tenido mil veces. Y lo único que queria era que me dieras un poco de tregua. Que me esperaras. Cómo cuando yo te esperé cuando me dijiste que necesitabas aclarar tus dudas. Solo eso. Solo te pido que me des la mano, como cuando te enseñé a pasear por el Angar. Que levantes la cabeza por mi, Silvia. Cómo cuando nos miraba la gente por la calle, incluso quiero que seas valiente por mi, valiente como aquel dia que te enfrentaste a tu padre en la cabaña. Silvia, hemos aprendido juntas a besarnos, hemos aprendido juntas a tocarnos, pero sobretodo, sobretodo hemos aprendido a no tener miedo y para una vez, una sola vez, que soy yo la que tiene el miedo... ¿Me vas a dejar?