No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

domingo, 21 de octubre de 2012

Cinco horas de exilio en este mundo.

He vivido alguna vez lo que está pasando y se que resucitaré cuando tenga un rato. No me lo he tomado  mal pero escucha lo que estás diciendo, yo he dejado de escuchar. Y se que la próxima vez cambiaré de bando. Creo que no hay marcha atrás, al final siempre es el mismo cuento, al final siempre el final.

Dime cuántos besos me he perdido desde que nos estamos dejando, juro que no estoy arrepentido pero no lo tienes tan claro.

Entre tanto no seré yo el que tenga el mando, me conformo con ser muy de cuando en cuando. Esta vez soy yo el que va perdiendo, no conviene sufrir más. Es una adicción, es un infierno, es un no parar de temblar.

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