Estando tan cerca
te siento tan distante
y rezo porque vuelvas
aunque no sé a quién rezarle.
Ya sé que no hay tregua
aunque dudé un instante
al recordar tu lengua
dibujar notas al margen.
He cambiado aquel punto y seguido
por punto y aparte
y aún así me he perdido.
Se me olvida olvidarte.
Da igual quien ha sido.
¿Qué me recomiendas:
que me dé por vencido
o que me plante en tu puerta?
Recojo las piezas
todo resumido
en tres o cuatro frases hechas
trozos de papel en los bolsillos.
Me envenena el tic-tac
del pasar de las horas.
No te puedo olvidar,
yo estoy tan solo y tú tan sola.
A veces me roza el viento
y pienso que eres tú la que me toca.
Eres la pesadilla
que me muerde la boca.
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