No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.
Esa es nuestra diferencia.
¿Recuerdas cuando te pedí que saltaras conmigo en el paso de cebra? No lo hiciste. Yo solo quería que saltaras conmigo porque me hacía ilusión, porque estaba contenta. Me sentí estúpida. ¿Sabes una cosa? Me hubiera recorrido todo Madrid si tú me hubieras pedido que saltara solo porque te hacía ilusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario