Te miro, te veo y no sé qué es cierto, ¿cómo saber cuál es la parte real y cuál no, si cada vez que te busco te encuentro? A veces apareces sin ser llamado, y otras en cambio tengo que ir a buscarte, porque solo con sentirte no tengo bastante. ¿Y cómo explico esto? Que me llamen loca sabiendo que tengo razón, que estoy en lo cierto. Sal y salgo contigo, si quieres. Y no te dejo que te caigas, pero si me descuido te presto mis alas. Si sales herida yo te curo, y que no me encuentre al carcelero porque pierdo los papeles y me acelero, como si de mí se tratara. ¿Quieres una manta? Te dejo mi cama, y si te molesta mi cuerpo me busco una rama; y cuando amanezca, bajo el sol y te lo entrego, para que tengas un día perfecto. El frío no me toca si te tengo delante, y no quiero manos si no puedo acariciarte. En la noche, mi cuerpo busca el tuyo, y si no te encuentra solloza en silencio, por si no me doy cuenta, te tengo al lado y te despierto. Tu forma de vivir como guía para la felicidad, tu sonrisa como único motivo. Sin leer entre líneas. Que la vida son dos segundos, y cuando te descuidas se acaba todo lo malo, que solo existe cuando no estoy a tu lado. La tristeza se acabó el mismo día que pude volver a abrazarte, mi: ''qué pequeñita eres'', tu intento de besarme. Se me cayó el mundo cuando te fuiste, pero volvió a estar en pie y aunque me ha costado la vida, ahora no quiero vivirla si no es contigo.
Sin contratos, sin papeles; sin condiciones.
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