No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

sábado, 6 de octubre de 2012

Ná que perder en el mundo.

En el alma algo más que un pasado cabrón con la espalda tostá, la mirada enturbiá de la niebla del bar, cal y arena mezclás con salitre del mar y en el borde los pies unos sueños de más.

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