Y es que ante tal caramelo qué puedo yo hacer,
aunque lo intente se que voy a perder
mi cabecita creyendo que tú vendrás a mis pies.
Quizá algún día cuando me despierte de este ciego todo cambie y tú serás quien tiene miedo.
Yo seré tú, tú serás yo
No me quieres ver si en broma
y en broma te digo “quiéreme”.
Como una apisonadora,
arrasas con todo lo que ves.
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