No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

viernes, 13 de abril de 2012

Un día vi un anuncio de un tipo que jugó al negro y le salió el rojo, que lo había perdido todo pero que era feliz porque tenía un coche y me pareció una auténtica mierda... Ahora entiendo ese anuncio, y sé que la felicidad está tejida con jirones de ilusión. Y que la ilusión la fabrica uno mismo con las fuerzas que le queden después de haberlo perdido todo y que no hay nadie como un niño para poner en pie ese sueño que es el más difícil del mundo. Uno espera siempre lo mejor del porvenir. Cada Navidad brinda porque tiene la esperanza de que de alguna manera todo empiece de nuevo... Este año mi carta a Papá Noel tiene más sueños que nunca porque por mucho que sea el peso del pasado la única forma de sentirse vivo es tirar pa’lante con uñas y dientes e inventarse un nuevo sueño y así va a ser... el mundo va a tener que ponerse mucho más hijo de puta si quiere verme claudicar.




Paco.

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