No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Agujero negro.

Siento que todo se va a la mierda por mucho que lo cuide. ¿A mí quién me cuida? Yo creo que nadie. Sin ganas de dormir, sin ganas de despertar, sin ganas de reír, sin ganas de nada. Con ganas de desaparecer de este puto mundo que solo se pudre cada vez más. Esto es una mierda. Pero Bea no tiene derecho a estar un puto día mal, claro. Los demás pueden dar golpes, mandarla a la mierda, romper cosas, hablar mal, hacer sentir a los demás como una puta mierda... ¿Pero Bea? Bea no tiene derecho a nada. Nunca. Bea vive sin enfadarse, sin llorar, haciendo lo que a los demás les apetece. Porque Bea es gilipollas y en vez de coger y cortarse las venas de una puta vez, se dedica a seguir viva, y así le va.
Pero tranquilos, que Bea un día os mandará a todos a la mierda y empezará a hacer lo que le sale de la polla. Y a ver entonces cuántos arrepentidos hay, si es que no es demasiado tarde.


A chuparla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario