No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Maldita esperanza.

Ha amanecido lloviendo, como en mis ojos. Mi cara está inundada. Mis manos y mis labios te echan de menos. Necesito de ti. No como, malduermo; no sé qué hacer. Estoy hundida y dejándome morir como los perros, pero no me importa. Solo necesito saber que vas a volver, porque me muero sin ti. Me da igual el daño que me hagas, me da igual partirme la cara, me da igual dormir en la calle, morirme de frío, me da igual todo si sé que estás conmigo. Pero ahora no estás y yo estoy muriendo. Tengo demasiada pena. Los nervios al pensar que te voy a ver, las putas ganas de abrazarte... La esperanza que insinúa que puede que vuelvas, hasta que se desvanece con tus palabras diciendo que luego vendrás a por tus cosas, haciéndome saber que volverás a irte quizá para no volver. Y a mí se me caen las lágrimas al pensar en ti, al hablar de ti, al no sentirte ni verte. Estoy destrozada. No quiero chucherías, no quiero pan, no quiero nada. Nada me alivia, solo tú.

Y todos me dicen que no me arrastre, que sea fuerte, pero es que yo no puedo. Y tiemblo y me acojono al pensar que no me quieres, que siempre te sales con la tuya y yo acabo encerrada en casa llorando queriendo morirme. Y todo se vuelve una mierda.

No creo que leas esto, pero por favor, si lo haces; dame una pista, que este miedo es mu' malo...


''Y tu cariño voy buscando yo. 
Tus miradas están oxidadas; 
y no me toman en cuenta.''

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