Anhela un susurro al oído este día tan negro. Y
ya verás la que voy a liar, de estar tan tranquilo, te miro y
reviento. Solo me falta ponerme a ladrar como un perro. Tratará hacerme tropezar para hacerme hablar y contárselo al cielo.
Retruenan tus ojos y retruena el cielo.
Ya no hay más besos a boca perro.
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