No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

sábado, 4 de febrero de 2012

De todo menos de todo lo importante se llenó la habitación.

Nada que nadie note que falte y falta todo lo que faltó. Detrás de cada frase importante que nos dijimos como robots se están ahogando los recuerdos de los dos. Pisando mis instintos voy tirando y me pregunto: ¿no será esto cosa mía? Pero, a veces, todo se cae y se desvanece pensando que de la otra noche nos separan muchas noches. Los gestos, antes insignificantes, solo eran provocación. Todo sobraba o no era bastante y ¿a quién le importa? No es la cuestión. El odio estaba a solo un paso de lo que antes era amor, se están quemando las miradas de los dos. 


¿Y qué? Dime, ¿qué va a ser de nosotros? Si nos perdemos poco a poco, cada día un poco más..





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