Marché pa' nunca pisar esa senda, le puse el nombre del nunca jamás, ya sé hasta donde lleva tu camino, lo dejé señalado con migas de pan. Ya no bebo los vientos por ti, por fin se me ha caído la venda.
Ya sé nadar y guardarme la ropa, ya tengo sombra pa' el monótono sol, tengo una brújula que pronto indicará mi rumbo y corrige el camino de tu manutención.
Hoy ni si quiera los vientos me soplan, no tengo velas ni mar ni timón, no tengo acústica para que tú música, me lleve a la angustia de bailar a tu son. Ya no bebo los vientos por ti, a mi balcón vuelven las golondrinas, pues se me antoja hacer de lo blanco negro y decir que hay personas que te clavan espinas.
Que ya no bebo los vientos por ti, ahora me bebo el elixir de la vida, el calendario de los atardeceres, o los desplaceres que me hicieron herida. Ya no bebo los vientos por ti, hoy te quedaste sin tu fiel escudero, que te aproveche la dura soledad, ahora tendrás que aguantar a todos los carroñeros. Y ya no bebo los vientos por ti, que te aproveche mira lo que miras, mira que nunca te crezca la nariz, si tienes que decidir no te equivoques mentira.
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