Una puta enfermedad que te hace pensar en ella constantemente, a todas horas...
mientras que ella, probablemente, ni si quiera se haya acordado de ti en todo el día.
Una puta enfermedad que, al parecer, te hace malentender todo siempre.
Una puta enfermedad que te hace hacer idioteces constantemente, idioteces que tú pensabas que jamás harías por alguien, y sin embargo...
Suspiré, apoyando mi frente en las manos.
El amor, una puta enfermedad mental que te hace sentir que no puedes vivir sin esa
persona, que el aire se te escapa, cuando hace un tiempo ni si quiera la conocías y vivías tan
feliz...
El amor, una puta enfermedad mental que te hace envidiar a todas las personas que
están cerca de la chica de tus sueños, sin ni siquiera percatarse de su presencia... sin ni
siquiera darse cuenta de que es la persona más especial y maravillosa del mundo, cuando tu
desearías con toda tu alma ser una de esas personas que la pudieran tener tan cerca...
EL amor, una puta enfermedad mental que me hace soñar contigo todas y cada una de
las noches que han pasado desde que te conozco.
El amor, una puta enfermedad mental que sólo parece aliviarse las noches en las que me
refugio en el alcohol para aumentar mi valentía... una valentía que es efímera, igual de
efímero que es el esfuerzo por olvidarte.
El amor, una puta enfermedad mental que me tiene pensando todo el día en las cosas
que haces y dejas de hacer, en qué significado tiene todo lo que haces o dices, hasta que
llega la noche y no me duermo, pero acabo cayendo agotada mentalmente en la cama.
Pepa- (El amor... lo que me hace tenerte en mi cabeza las 24 horas del día hasta el
punto de pensar que me estoy empezando a volver loca... lo que me hace
quererte y odiarte a partes iguales... pues si eso es el amor, se acabó el amor. Nunca
me ha sido imprescindible para vivir, no va a ser ahora la excepción... por Dios, si
hace un año ni si quiera te conocía... esto se acabó).
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