Ninguna ciencia puede hacer un sueño real.
Y aunque salías en la foto movida, unos ojos tan tristes nunca se olvidan. Yo solo quería lamerte las heridas pero se hizo de noche antes de que nos acostáramos, el tiempo, ya sabes; se me fue de las manos. Costaba entender todo lo que decías, en tu boca tan grande, pequeñas mentiras salían en fila desordenadas; las chicas como tú no se merecen ser tan guapas. Pero ella mira por la ventana, cada noche más clara. Aunque yo empiece con la primera mirada, tú siempre te quedas con la última palabra.
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