Como si tú no sintieras nada más que cariño por mí, como si el cielo fuera azul para ti y para mi gris.
De repente lo vi todo claro.
Adiós a casi todo, menos al recuerdo.
Y para nada me quedaré aquí, deja que me esfume.
Vendrá ansiedad echándote de menos.
Y si es verdad que el amor real existe dime que todo es mentira tía y que nunca te fuiste.
Y mi almohada grita basta, el cigarro grita fuma y el alcohol me llama, y me pregunto: ¿qué dirá de esto la luna? Son la 1, o las 2, qué coño le importa a nadie. Si ya sé que hoy duermo solo y fijo que mañana también. Tan mal no estoy, no, no te lo creas.
Y aunque caiga, seguiré; me reiré del ayer.
Estoy acabada, hablando con un vaso de ron, cabrón. Sola y encerrada.
LLorando al son de una canción de carretera, yo seré poeta el día en que seas princesa.
Y si supieras que tengo una estrella que me da fuerzas, dejarías de picar a mi puerta para hablar mierda, de verdad he llegado al punto de sudar; no te voy a dar más que un que te jodan si te vas.
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