No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Después de aquellos años ya me considero fuerte.

Y con la vida que llevo, como pa' no escribir un libro. He visto tanto palo como tú, ya me imagino; he estado bajo el frío sin tener ningún abrigo. Tengo heridas por el viento cada vez que se acercaba, he caminado solo y he llorado como un niño. A veces por recuerdos se hacen lágrimas que pesan, y otras veces por tenerlos pagarías lo que fuera. Dime quién te cuida, quien te ama, quién te llena y quién se va a encargar del dolor que nos espera. Hoy siento la maldad que se esconde entre vosotros, cuidad de vuestros rostros que aquí somos muy feos. Estamos trabajando para tener un tejado y es que odiarse es peligroso como el amor despechado.

Romper las cadenas, hablar como personas, el micro es mi colega, la música nos ilusiona. Cosafina, corazón espina, el dolor de la rutina; así es como funciona. El silencio me rebota, y el eco me debate, mírame a los ojos y verás un escaparate lleno de amor, dolor y bicicletas y una puerta abierta si tú respetas. Corazones valientes traficantes de amantes de los sentimientos grandes y emocionantes, tú quieres que te cuente, que te baile, que te cante, pero sabes contar, chica? Conmigo no cuentes.
No entiendes mi dolor, elegiste mal color y ahora sí que tenemos un cuadro feo, sabes? Para mí no es un trofeo pero sigo en el texto, psicólogo en el primero y curandero en el sexto.

Sé que no soy un gigante aunque mi corazón es grande, esta cara se hace vieja dice el espejo de enfrente. Las heridas con el tiempo curan solas pero toda vida acaba nos veremos dónde sea. Yo con boli voy armado y no necesito nada, bueno sí, tu cuerpo fiel que está pegado a mi almohada, tranquilidad amor si te abrazas a mi espalda.  La soledad me invade cuando pienso en la distancia. Loco, es tan real aquí hablando con cadenas. Escribo y tacho frases para construir un texto, placer y sentimiento, soltar lo que detesto y a veces me da miedo pero eso hoy no, que ya salí del escondite donde estaba preparando esta venganza, conozco bien el mundo y he perdido la vergüenza, aquí con mi grupo tío, esperando lo que sea.

Tú no entiendes nada de lo que te estoy contando, yo tengo un dolor y tú no lo estás sintiendo, domingos de inválido arrepentimiento, de ver a otras personas felices me alimento. Ayudar a los demás, descuida, no dará dinero, en el amor y en la vida lo más cercano a un misionero, aquí me quedo yo con la satisfacción de hacerlo, pero tú no sabes nada, nunca podrás entenderlo. Mi dolor habla de amor, a quién vamos a engañar, pero estoy en la ruina, qué te voy a enseñar, un alma enorme que se siente pequeña, psicológicos psicotrópicos la invitan a soñar.

Sin justificar dolor.
Asumido dolor.
Pasado dolor.
Vivido dolor.
Y enterrado vivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario