No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Que no seas tan macarra, que te bajes de la parra.

Y anda estate a lo que estamos que solo estamos los dos. No me dejes que te quiera que yo por querer quisiera estar pa' siempre a tu vera, que lo tengo más negro que el tizón, más duro que el copón, más tieso que un tablón se me pone el corazón cada vez que dices no. Tu odio y el mío están metiendo en un rincón: ¿Qué ha sucedido? Ha sido cupido que está hecho un cabrón. Vamos, dime que se pierden en mí. Y el sol decrece y fallece entre los visillos de mi cuarto porque tiene celitos de mí, de como te quiero, de como lo aparto. Si el sueño es correr por un otoño deshojado, ¿morir? Tal vez, mejor que vivir desolado. Y la vida sigue y yo escribo coplillas de amor que le impidan al alma deciros que no mientras salga serrín del corazón.

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