No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Me acerqué a ella y la besé. Me daba igual saber que no sentía lo mismo, me daba igual la ostia que me pudiera dar… no podía evitarlo. Necesitaba besarla, lo necesitaba cada vez que la veía reír, cada vez que la tenía al lado… aquello era más que amor. Más que lo que había sentido otras veces, necesitaba estar a su lado, cuidarla, hacer que estuviese feliz… no podía evitarlo.
No sé de donde saqué las fuerzas, ni siquiera me di cuenta de lo que hacía. Fue como un acto reflejo a aquella sonrisa tan maravillosa. Pasaron los segundos y seguía besándola, no notaba reacción alguna en ella… pero no pensaba apartarme al instante, si aquello sólo iba a pasar una vez, quería aprovecharlo para guardarlo siempre en mi memoria.

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