No pueden oírme, pero yo puedo gritar más.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Me hago mayor.

Noto menos amor en las personas. Y quiero escuchar un cuento, volver atrás hasta llegar a nuestro primer beso, sentirlo despacio como si no terminara y sentirlo al recordarlo; yo mataría por eso.
Busco ser otra persona ¿Para qué negarlo? Nunca me sentí orgullosa de la forma en la que hablo.
Me hago mayor y sé que hay cosas que nunca cambian: mi frustración, mi dolor y mi enorme rabia.
Hablo de esos días que perturban este estado emocional. Sigo buscando respuestas, sigo haciendo esas preguntas que nunca contestas. Me hago mayor y eso lo sabe hasta el cielo desde el día que nací.
Me hago mayor y quiero sentir amor, que el año que se acerca sea mejor que el anterior. Que todos los pequeños no conozcan ni una milésima parte de este desgarrador dolor. Me observo tan de cerca que me veo de lejos. Me hago mayor y la muerte vendrá a buscarme, vendrá a decirme que ya es demasiado tarde, saldré corriendo, sabrá que soy una cobarde y no podré huir porque ella duerme en todas partes.

Nunca he sido como quise. 

Le digo adiós a mi pasado, a los conflictos del ayer, a los problemas que me hicieron llorar y retroceder.  Adiós a los momentos en los que no me sentí bien, a los motivos que impedían que mi fe estuviera en pie. Adiós a aquella etapa negativa y pesimista, fue la mano que apretaba mi garganta y corazón.
Adiós a aquella noche donde murió mi inocencia.
Para dar la bienvenida al regreso de mi ilusión le digo adiós a mi antiguo yo, al que decía que no, al que todo lo veía negro y lloraba en su habitación. 
Adiós a la ansiedad, a la tristeza y seriedad. No volveréis a ver mi realidad.
Le digo a Dios que me perdone por mis malas actuaciones, nunca dejé de creer y nunca dejé de buscarte, siempre tuve fe pero me es difícil hablarte. Adiós a mi pasado. 


Futuro voy a encontrarte.

Le pido a Dios, a todo aquello negativo que me sigue, que me esquive. Si se cruza por mis ojos no lo mires.

No me olvidé de lo que hice, me hizo crecer y ser dura, cada error y fallo forjó mi escudo; y te aseguro que nada podrá dañarme, ya nadie logrará herirme, que antes de que lleguen habré conseguido irme, que siempre voy a alegrarme, que nunca voy a rendirme; prometo seguir luchando aunque tenga que arrepentirme. 
Le digo adiós al enemigo que trata de hacerme daño, mi espíritu va conmigo así que ódiame con empeño. Tus ofensivas palabras y tus ganas de que fracase, a mí me acercan cada vez más a mi sueño.


Dejo atrás el ayer, solo yo seré mi amiga.
Sonreiré cada día porque yo lo decido.
Aprendí a decir que no así que no vendrás conmigo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario